
A Laurita, el hecho de haberse colocado un implante coclear le cambió la vida: “Nos hemos dado cuenta que sonidos que aún nosotros no caemos en cuenta de que están en el ambiente, ella los nota. Entonces a veces escucha incluso mejor que nosotros”, dice su mamá.
Espontánea, creativa, fuerte, valiente, a Laurita se le detectó pérdida auditiva luego de una meningitis que la tuvo hospitalizada durante un mes.
Ya recuperada y con su audición restituida, disfruta de los paseos con sus abuelos por la ciclovía de Bogotá, de darle de comer a las palomas y de estar rodeada de cualquier tipo de animales.
Esta es su historia:
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